Entrada destacada

econoblognet: ¿Qué factores están causando la caída del precio d...

econoblognet: ¿Qué factores están causando la caída del precio d... : E l cobre es el principal mineral de exportación del Perú y, desde ini...

Mostrando las entradas con la etiqueta Política Económica. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Política Económica. Mostrar todas las entradas

17 junio 2011

"SOMOS NATURALEZA. PONER AL DINERO COMO BIEN SUPREMO NOS CONDUCE A LA CATÁSTROFE"


"Mi única ambición ahora es morir como un río en el mar. Ya noto la sal"

"Esto acaba por degradación moral. Hemos olvidado justicia y dignidad"

"Me pueden apartar y jubilar. Pero no me pueden jubilar de mí mismo"

A continuación reproducimos una magnífica entrevista de Luz Sánchez-Mellado, de “El País”(1), al legendario economista, escritor y académico de 94 años, José Luis Sampedro Sáez, quien azuzó a los jóvenes a indignarse y reaccionar. Ahora les pasa el relevo.

 

ENTREVISTA A JOSÉ LUIS SAMPEDRO


El también literato y pensador cree que el capitalismo se acaba y la actual "barbarie" del mundo dará paso a un nuevo sistema.

 

No nos oye llegar. Está de espaldas frente al ventanal. Es mediodía, la luz entra a chorro y su figura se recorta contra el azul intenso del mar al otro lado del cristal. Un claroscuro perfecto: los pelos de punta, las orejas despegadas, la espalda recta, la diestra arañando un folio con un bolígrafo. La viva imagen de la introspección. José Luis Sampedro no es un hombre de acción. Al menos en sentido estricto. El pensamiento, la reflexión y la contemplación han sido a la vez su alimento y su legado. A sus 94 años, sordo y aquejado, que no quejoso, de diversos males de su edad, escribe todos los días. Así, a mano, con el papel apoyado sobre una tabla, compuso el prólogo del célebre Indignaos -de Stéphane Hessel y un capítulo de Reacciona, los ensayos que han espoleado el Movimiento 15-M.

Nos encontramos en su apartamento alquilado en la misma arena de la playa de Mijas (Málaga) días antes de que los indignados tomaran la Puerta del Sol. Se le veía frágil. Un gigante de metro noventa todo piel y huesos y ojos transparentes clavándose en los del prójimo. Un místico. Pero un místico lúcido. Y enamorado. Su esposa, la escritora Olga Lucas, 30 años menor, le sostiene en todos los sentidos. Ella es sus oídos, sus ojos y sus antenas. Pero el que piensa -y el que actúa pensando- es él. Juntos firman Cuarteto para un solista (Plaza y Janés), la "novela de ideas o ensayo novelado" que publica ahora y que constituye su testamento intelectual. Quisimos verle de nuevo para saber cómo saludaba, por fin, la reacción de los jóvenes. No fue posible. El celo de Olga le protege del mundo. Quizá de más. Pero gracias a ella está vivo, o eso dice él.

¿Cómo ve el mundo desde aquí? Nuestro tiempo es para mí, esencialmente, un tiempo de barbarie. Y no me refiero solo a violencia, sino a una civilización que ha degradado los valores que integraban su naturaleza. Un valor era la justicia. Dígame si Guantánamo o lo que pasa en China es justicia. Se juzga a la gente en virtud de la presunción de culpabilidad. Todo eso del ataque preventivo, un nombre eufónico para hablar de la ley de la selva. En 2000 años, la humanidad ha progresado técnicamente de forma fabulosa, pero nos seguimos matando con una codicia y una falta de solidaridad escandalosa. No hemos aprendido a vivir juntos y en paz.

En su libro, los cuatro elementos: tierra, fuego, agua y aire, se reúnen para lograr la supervivencia de los humanos. Sí, porque el hombre los está olvidando. Los cuatro se preocupan porque, al alejarse de ellos, se aleja de su naturaleza. Se ha creído más de lo que es, se piensa por encima del cosmos. Los cuatro dicen: mientras crean en nosotros, serán humanos. Si no, peligran.

Dice que el hombre es al universo lo que la neurona al hombre: una célula pensante, pero una más. Dentro de mí hay millones de células como dentro del cosmos hay millones de seres. El hombre tiene dos peculiaridades: la palabra, y con ella el pensamiento, las ideologías y las creencias. Y la sensación de superioridad, pensar que es inmortal. Eso es lo que los cuatro no reconocen. Una cosa es la vida espiritual, incluso el sentimiento de que hay más allá, y otra las religiones con funcionarios que las explotan. Cuando el hombre se cree por encima de la naturaleza, piensa que puede transformarla, iluso.

¿Qué le sugiere que en el siglo XXI se declare santo a Juan Pablo II, fallecido hace cinco años? Hay una gran diferencia entre verdad y creencia. La verdad es la que podemos comprobar, y las creencias pertenecen a la zona imaginaria.

Pero esa creencia articula la vida de millones de personas. Y conduce a la idea de que hace falta una administración para entretener las almas, repararlas si se deforman, asegurarles si hacen todo bien un asiento en el paraíso. Para determinar nuestra conducta, las creencias son más importantes que la verdad. Y los que creen en esa inmortalidad hacen bien en comportarse según ella. Lo que hacen mal es exigir que los demás lo hagan.

Obviamente, no es creyente. Yo no puedo decir si hay Dios o no. Creo que no, pero no tengo seguridad. Ahora, tengo la seguridad de que el Dios que nos vende el Vaticano es falso, y lo compruebo leyendo la Biblia con la razón y no con la fe. Cuando creemos lo que no vemos, acabamos por no ver lo que tenemos delante.

En su vida habrá habido gozo y sufrimiento. ¿No envidia la paz de los creyentes? Esa es una de las razones por las que existen religiones, hay quien se cree a los dioses porque se ve inseguro ante el mundo. Además, todos tenemos necesidad de afecto, y pensar que hay alguien que nos protege es consolador. Pero mi actitud de no usar ese consuelo también. Mire, yo estoy a punto de morirme y estoy tan tranquilo. Gracias a ella [mira a su esposa], que me da una enorme tranquilidad y a la que le debo la vida. Si no fuera por ella, yo estaba muerto hace tiempo.

¿El amor es el consuelo del agnóstico? La gente suele identificar el amor con el hecho de hacer el amor, y piensa que a mi edad no tiene sentido. Claro que lo tiene. La compenetración, el afecto, el saberse sin hablar. Para mí, eso es más que siete Nobel. El goce de la vida no es cuestión de cantidad, sino de sensibilidad, intensidad, compenetración. La ternura da una intensidad profundísima. Y para eso no necesito el alma, tengo la mente. El cerebro, a base de combinar ideas como hace, peor, un ordenador, construye un mundo mental que da las sensaciones que se atribuyen al alma. Yo tengo memoria, algún entendimiento y voluntad. El mundo es energía. Todos tenemos una chispa. A lo que llaman alma, yo lo llamo mente.

¿Y frente al miedo a la muerte? Frente al exterior que no podemos conocer del todo hay una actitud de inquietud e indefensión. Eso nos lleva a decir: voy a transformar el mundo, como dicen ahora. Yo no pretendo cambiarlo, sino estar en armonía con él, y eso supone una vida que cursa como un río. El río trisca montaña abajo, luego se remansa, y llega un punto, como estoy yo, en que acaba. Mi ambición es morir como un río, ya noto la sal. Piense en lo bonito de esa muerte. El río es agua dulce y ve que cambia. Pero lo acepta y muere feliz porque cuando se da cuenta ya es mar. Ese es un consuelo. No necesito la esperanza de un personaje que me acoja. Admito que haya más allá, pero no un señor pendiente de José Luis.

Y que lo mande al cielo o al infierno. O que diga, a este lo pongo en coma y lo tengo así seis meses. Eso no es vida humana, eso es ser una coliflor. Pero hay quien dice: Dios es el dueño de la vida, y hay que agradecerle y dedicarle mi sufrimiento. Pero, bueno, ¿qué creencia tiene quien piensa que Dios se regocija con el sufrimiento? Esas ideas me parecen monstruosas. Estar contra la eutanasia, con garantías, me parece de una irracionalidad propia de una mentalidad primitiva.

¿Ha hecho testamento vital? No, pero ella [su esposa] sabe que, llegado el momento, quiero que me dé el potingue. [Interviene ella: "Sí, pero tienes que hacerlo, no quiero ir a la cárcel"]. Lo haremos. Hay que aceptar que acabamos. A mí me han dado la vida, quien fuera, y he procurado hacer lo que debemos hacer todos, vivir. Pero vivir siendo quienes somos, solo así alcanzaremos el máximo nivel. Para mí, el desarrollo de un país no es que se ponga a la altura de Estados Unidos. Es que desarrolle sus posibilidades al máximo. Yo fui una semilla, y he tratado de ser yo al máximo. No sé si mi obra es buena o mala, lo que digo es que la hice lo mejor que pude. Como neurona, he tratado de incorporar la mía a los demás, porque somos todos juntos y un hombre solo no es nada.

Dicen que China está a punto de superar a Estados Unidos en desarrollo.El desarrollo está pensando en la rentabilidad. Lo importante no son esas tres palabras que ahora todo lo mandan: productividad, competitividad e innovación. En vez de productividad, propongo vitalidad; en vez de competitividad, cooperación, y frente a esa innovación que consiste en inventar cosas para venderlas, creación. Esa es otra. El arte es mercancía. Esos artistas como Hirst, que cogen una cabeza de vaca, le ponen un diamante y se forran. Perdonen, pero eso no me parece desarrollo. El desarrollo humano sería el que condujera a que cesaran las luchas y supiéramos tolerarnos. Y ser libres, pero todos, porque la libertad es de todos o no es.

Decía usted: "¿Libertad? Vaya a un supermercado sin dinero y verá lo libre que es". El mercado no da la libertad. La libertad es como una cometa. Vuela porque está atada a la responsabilidad del que maneja. Lo sabían los revolucionarios franceses: libertad, igualdad, fraternidad. Hay que tener el pensamiento libre y crítico. Para ser yo, la poca cosa, la neurona que sea, necesito pensar con libertad. Con la libertad de la cometa. Mire las elecciones. Hay unas campañas fabulosas para inculcar a la gente lo que tiene que votar. Y como el poder tiene unos medios extraordinarios de difusión, que son de persuasión, logra que se vote a quien se vota y pase lo que pasa.

¿Y qué pasa?: ganan unas veces unos y otras otros. Pues mire, usted perdone que me extrañe de que la gente vote a un señor como Berlusconi.

¿Eso es porque la gente no piensa? Porque la gente no hace crítica, porque acepta la creencia que le proponen a base de bombardearle con los medios. Los titulares de los periódicos son efímeros, tienen muy poca importancia frente a cosas como Guantánamo, un insulto a la justicia y a la inteligencia. ¿Y de Japón? ¿Y de Haití? Del sida en África, o de la falta de educación, no habla nadie porque no interesa al poder, que es el que dispone de los medios, que dicen lo que al poder le interesa. Contra eso hay que indignarse, reaccionar y decir no.

¿Me está diciendo que los periodistas trabajamos a las órdenes del poder y el mercado? No todos. Los hay que se resisten y reaccionan. Pero incluso los que siguen la corriente lo hacen inconscientemente: eso que llaman la información es una parte de lo que pasa, ocultando todo lo demás. Como cuando en una biblioteca hay libros delante y no dejan ver lo de atrás. Lo hacen inconscientemente porque saben que eso es lo que vende.

Ahora se sabe la audiencia exacta de cada noticia y existe la tentación de ofrecer lo que se pide. Claro, a mí me hacen muchas veces el elogio del ordenador. Estoy de acuerdo, pero si usted se acostumbra a consultar el ordenador en vez de pensar, acabará pensando lo que le diga el ordenador. Esto es parecido. El periodista sabe que o hace lo que conviene o se arriesga, y se lo piensa.

Su protagonista es un viejo profesor internado en un sanatorio. Su psiquiatra dice que antes sus pacientes eran los deprimidos, y ahora, los ansiosos. ¿Eso tiene que ver con el progreso que nos arrolla? Eso me lo dijo mi amigo el doctor Valentín Fuster. Algo de eso hay. Fíjese en que cada vez dependemos más de las creaciones mecánicas y científicas. Piense cuánto tiempo dedicamos a usar máquinas. Yo no sé ni hablar por el móvil, no me interesa. Gracias a mi mujer, que se entera de lo que hay y me lo cuenta.

Pero el mundo es el que es. ¿La alternativa es volver al pasado? Otra cosa que decía Fuster: vamos a parar y hablar del asunto. Pero no son capaces. Los que tienen poder quieren más poder; los que tienen dinero, más dinero; los banqueros que están forrados quieren sueldos más altos, y a la vez le dicen al obrero que hay que trabajar más y cobrar menos, ¡pero bueno! ¿Por qué no se para un rato la rueda y se reflexiona? Porque a los que mandan no les conviene, por eso no favorecen el pensamiento crítico, sino el transmitido por sus medios y por la educación, porque eso empieza en la niñez. Ahora lo de Bolonia es entregar la Universidad a los financieros e industriales. Y se estudiará lo que convenga para producir más.

Algunos piensan que hay que estudiar lo que se precisa. Que de la pasión no se vive. Yo aconsejo que el chico haga lo que le guste, porque rendirá más y vivirá más feliz, aunque gane menos. Una razón por la que hay tanto paro es que nuestro boomestaba montado en esto [señala las torres de la playa]. Era especulación. Además se atrajo a una mano de obra que no está capacitada para nada más. Ahora cómo la trasladas. Fíjese que la productividad se consigue con máquinas, todo elimina mano de obra. El músculo no encuentra trabajo. Yo mismo ahora no sería capaz de dar clases porque no manejo el ordenador. Si hubiera sensatez, si nos educaran para ello, reaccionaríamos y diríamos: alto, paremos a pensar. Racionalicemos el crecimiento demográfico.

En España somos los menos prolíficos del mundo. La reflexión la ha de hacer el mundo entero. Vamos a redistribuir la producción. El poder no quiere reflexionar porque no le interesa cambiar. Mientras, se corrompe todo, el sistema se hunde, entramos en esta barbarie. Como pasó al final de Roma. Ahora viene otra sociedad. El sistema capitalista se ha terminado: ya no funciona.

¿Cuánto de vida le da? ¿Llegará a verlo? No se lo puedo decir, pero estoy seguro de que en este siglo se empezará a notar la imposibilidad de mantener el desarrollo y las políticas autoritarias de esta manera, que encuentran cada vez más resistencia, y habrá cambios profundos. Quizá la primera reacción del poder sea el autoritarismo y entraremos en un despotismo científico. En el siglo XVIII hubo un despotismo ilustrado, ahora habrá una situación en la que unos ricos selectos dispongan de todo el progreso mientras en África y Asia hay lo que hay.

¿La brecha científica separará a ricos y pobres? La ciencia está en manos del dinero. Pero las creaciones científicas se hacen con un propósito y luego tienen otras consecuencias. Internet ha permitido lo que llaman globalización: pasar el poder de los políticos a los financieros. Pero la globalización, al tiempo que ha permitido a los ricos dominar más el mercado, ha creado los foros sociales que pueden minarles.

En el sistema está el germen de la disidencia. Claro, crea armas para otros, son consecuencias no deseadas de la técnica creada a demanda del poder. Ocurrirán cosas que no puedo prever, pero que conducirán a una situación distinta.

En su libro parece que tenía previsto el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear de Japón. Hombre, es que tiene que pasar. Lo que me sorprende del tsunami es que una técnica como la nuclear, avanzadísima y todo lo que quiera, sabe poner en marcha una central, pero no sabe pararla. Y pasa no solo en la técnica. El Gobierno americano es capaz de montar Guantánamo, y resulta que no es capaz de desmantelarlo. Que no se les suban tanto las campanillas a los líderes científicos y políticos. Tienen puntos débiles.

¿Qué le pareció la reacción del pueblo japonés ante la catástrofe, o los islandeses que han emplumado a los financieros? En Islandia ha ocurrido esto porque es un país pequeño donde hay la posibilidad de unirse, aquí no. Estamos divididos deliberadamente para que seamos menos eficaces. La civilización moderna trata de individualizarnos y decirnos: usted es un individuo, usted es el rey de la creación, usted elija, usted tiene derecho, usted tiene libertad. Si aquí se reunieran todos los jóvenes, pero todos, podrían hacerse grandes cambios. Pero no se harán, porque los del PP harán lo que les dicen, y los del PSOE harán lo mismo.

¿No hay también apatía y conformismo de la mayoría? Sí, porque al mismo tiempo que nos dividen y nos mantienen en la ignorancia, nos ofrecen otros alicientes: el espectáculo, los festivales, el fútbol, y se desahogan por ese lado. Está todo montado también para ocultar lo que pasa detrás de la cortina. En cambio, nadie parece darse cuenta de que el señor Rajoy es el primer aliado de los que nos causan los problemas de crédito, porque dice en todos los foros que España está muy mal. La gente no reflexiona sobre eso, porque esa es una razón para no votar a esas personas que denigran a su país solo porque no son ellos los que gobiernan.

Llevamos ocho años de Gobierno socialista. ¿No han estado a la altura?No, por una razón muy sencilla: no son socialistas. Es un Gobierno capitalista que pasa por socialdemócrata. El socialismo no habría privatizado Telefónica. Ahora anuncia que va a despedir a 8.000 obreros; si fuera del Estado, no lo haría. Y dirán: la empresa pública es menos rentable. Pero ¿para quién? Las empresas privadas dan más dinero para el director, no para los obreros. Y si viene otro Gobierno, será más capitalista aún. Los Gobiernos no evitaron la crisis financiera y los pueblos siguen votando a quien ha hecho las cosas mal. ¿Quiénes provocaron la crisis?: los banqueros. ¿Quiénes salieron antes?: los banqueros. ¿Quiénes siguen ganando mientras el resto está parado?: los banqueros. ¿Quiénes les manda?: el capital.

Hablando de los trabajadores que 'sobran', la gente tendrá que trabajar para sobrevivir. Claro, pero si trabajan todos, tendría que ser en producciones de más baja rentabilidad. Y al poder, eso le tiene sin cuidado. Mientras mande el capital, esto no tiene arreglo, pero entretanto se está erosionando el sistema por dentro. Habrá una gran reacción si sigue la cosa así, esto no puede continuar.

¿Esto va a explotar? Sí, esto se acaba. No le puedo decir cómo, pero lo estoy viendo, y además por degradación ética y moral, porque se han olvidado de la solidaridad, de la justicia, de la dignidad. La corrupción es que los hombres que han de gobernar se ofrecen en venta. El capitalismo lo convierte todo en mercancía. Somos naturaleza, y poner al dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe.

¿Este libro es una especie de testamento intelectual? Bueno, aún estoy aquí y escribo cada día. Ahora estoy tomando notas pensando en hacer una cosa breve, porque no puedo hacer planes para una novela. Quisiera hacer un librito sobre mi visión del mundo originado en el vacío, y en el vacío surge la energía.

Siempre tiene las mismas obsesiones. Sí, sobre todo desde que empecé a despejar cosas que me habían enseñado y a ver al hombre como especie biológica, como un ser privilegiado, pero natural.

¿Cómo ve su vida desde sus 94 años? Yo me considero un inmigrante en esta España. La manera de ser se construye en la adolescencia. Yo me construí en la España de los años treinta. En el 36 tenía 19 años, empezaba a vivir. Y entonces vino la catástrofe. Soy un inmigrante que no puede volver a su país porque ha desaparecido. En la Guerra Civil estuve en los dos campos, pero la dictadura fue una monstruosidad, aún hay quien dice que se vivía con placidez, serían ellos. La Universidad fue decisiva, dar clase es para mí tan importante como la literatura y la economía. Luego vino la etapa de padre de familia. Tuve la desgracia de perder a mi mujer, y no pensaba casarme, pero quién se resiste [mira a su esposa]. Nos encontramos en el balneario de Alhama. Yo iba cada año porque tenía lumbago. Ella se fue a su sitio, yo al mío, nos escribimos y hasta hoy.

¿Uno se enamora de forma distinta a los 80 años que a los 30? En el fondo se enamora uno igual, los dioses cambian de ropa, pero así son los dioses. Y las diosas. Tuve esa suerte, y aquí estoy, feliz.

¿Cuáles han sido los placeres de su vida? Placeres sencillos: la lectura ha sido extraordinario. Con la música he disfrutado muchísimo, he tocado un poco el piano y el violín, pero sobre todo he escuchado, y ahora la sordera me priva de esto. La contemplación ha sido importante. Hablo muchísimo conmigo, me trato mucho.
¿Y discuten? A veces. La felicidad en gran parte es llevarse bien con uno, y luego con los que están cerca.

Dice que esta casa frente al mar es su sanatorio de reposo mental. ¿Qué encuentra aquí? He comprado todo lo que se ve desde la terraza, sí, es mío. Usted se ríe, pero imagine que soy archimillonario y he adquirido ese trozo de mar, ¿qué haría con él? Pues lo mismo que ahora, porque no tengo la obsesión de ser propietario, que es lo que hace que los ricos compren la vaca de Hirst. Lo contemplaría, pasearía y dejaría que la gente se moje, porque no me perjudica. Pero la gente quiere ser propietaria, porque quiere mandar, y quien posee una cosa quiere otra. Hace falta menos para vivir bien.

¿Qué es lo imprescindible? El afecto. Y quien no lo tenga, afecto hacia sí mismo, hacia la naturaleza, hacia un perro. Fuster, a los estresados les decía: cómprese un animal de compañía, aunque sea un loro, y hable con él. No se precisa mucho más.
En este siglo de tantos inventos, ¿de cuál disfruta más? De los libros y la música.

Me refería a algo de la modernidad. El ascensor es un gran invento.

Si no tiene propiedades, ¿cuál es su patrimonio? Mis ideas, mi memoria, lo que tengo en la cabeza, lo que soy. Aprendiz de mí mismo, eso he sido toda mi vida.

En el libro dice: "Me pueden apartar, me pueden jubilar, pero no me pueden jubilar de mí mismo". Mientras me rija la cabeza y pueda ir al baño solo, estoy aquí tan campante. Ya lo he dicho: mi única ambición es morirme sin molestar.

Pero no le veo triste. Por qué voy a estarlo, no puedo estar mejor para mi edad.

Me refiero a ese Apocalipsis del que habla. Hasta hace poco pensaba que esta barbarie era una tragedia. Ahora creo que es una crisis de evolución de un sistema a otro. El cosmos no para de cambiar. Y lo mismo que ha inventado la vida y la cultura humana, inventará lo nuevo, el sistema que sustituirá al capitalismo. Yo tengo mi consuelo en mi manera de pensar, y acepto lo que se me viene encima. Por qué voy a estar triste, si estamos rodeados de milagros. Piense en un huevo. Un gran invento sin técnicos, sin científicos, sin nada. El huevo es una maravilla.

Referencia:
Publicado en

08 mayo 2011

LA HORA DE LA VERDAD

A continuación publicamos un artículo de la pluma del Premio Nobel Mario Vargas Llosa publicado en el Diario EL PAÍS, de España. Su contenido es una verdadera alerta para los peruanos creyentes de la democracia, respetuosos de los derechos humanos y practicantes de la honradez. Nos dice que el Perú se halla en estos días frente a una extraordinaria paradoja: evitar el socialismo o propiciar el retorno del fascismo y la corrupción. “Es la hora de la verdad”.



TRIBUNA: MARIO VARGAS LLOSA

PIEDRA DE TOQUE. La sucia campaña contra Ollanta Humala de los partidarios de Keiko Fujimori hace temer lo que podría ocurrir si la dictadura fuji-montesinista recuperara en la segunda vuelta el poder en Perú.

Aunque no soy creyente, tengo muchos amigos católicos, sacerdotes y laicos, y un gran respeto por quienes tratan de vivir de acuerdo con sus convicciones religiosas. El cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, en cambio, me parece representar la peor tradición de la Iglesia, la autoritaria y oscurantista, la del Index, Torquemada, la Inquisición y las parrillas para el hereje y el apóstata, y su reciente autodefensa, Los irrenunciables derechos humanos, publicada el 1 de mayo en Lima, justifica todas las críticas que en nombre de la democracia y los derechos humanos recibe con frecuencia y, principalmente, de los sectores católicos más liberales.

Extraordinaria paradoja: con tal de evitar la llegada del socialismo, que venga el fascismo

En su texto, desmiente que dijera jamás que "los derechos humanos son una cojudez" (palabrota peruana equivalente a la española gilipollez) y afirma que, en realidad, a quien aplicó tal grosería fue sólo a la Coordinadora de Derechos Humanos, una institución dirigida por una ex religiosa española, Pilar Coll, que durante los años de las grandes matanzas perpetradas por la dictadura fujimorista llevó a cabo una admirable campaña de denuncia de los crímenes, torturas y desapariciones que se cometían con el pretexto de la lucha contra Sendero Luminoso. (La Comisión de la Verdad, que presidió el ex rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Salomón Lerner, ha documentado estas atrocidades).
El cardenal Cipriani desmiente, además, que durante la dictadura hubiera guardado silencio frente a uno de los crímenes colectivos más abyectos cometidos por Fujimori y sus cómplices: la esterilización, mediante engaños, de unas 300.000 campesinas a las que, por orden del dictador, los equipos del Ministerio de Salud ligaron las trompas o castraron, asegurándoles que se trataba de simples vacunas o de una medida que sólo temporalmente les impediría concebir. ¿Cómo es que nadie se enteró en el Perú de que el arzobispo había encontrado reprobables estos atropellos? Porque en vez de protestar públicamente ¡se limitó a hacerlo en privado, es decir, susurrando con discreción su protesta en el pabellón de la oreja del dictador!
El cardenal no suele ser tan discreto cuando se trata de protestar contra los preservativos y no se diga el aborto, o, para el caso, contra quienes en esta segunda vuelta de las elecciones peruanas apoyamos a Ollanta Humala. Por ejemplo, por haberlo hecho yo, me ha amonestado de manera estentórea y nada menos que desde el púlpito de la catedral de Lima, durante un oficio. Me ha pedido "más seriedad" y ha clamado que cómo me atrevo a dar consejos por quién votar a los peruanos. El cardenal está nervioso y olvida que todavía hay libertad en el Perú y que cualquier ciudadano puede opinar sobre política sin pedirle permiso a él ni a nadie. (Claro que las cosas cambiarán si sale elegida la señora Fujimori, la candidata a la que él bendecía en aquel mismo oficio en el que me prohibía opinar).
No sólo el arzobispo de Lima se excede en estos días de campaña y guerra sucia en el Perú. Una connotada fujimorista, también del Opus Dei, como monseñor Cipriani, Martha Chávez, ha amenazado públicamente al presidente del Poder Judicial, el doctor César San Martín, eminente jurista que presidió el Tribunal que condenó a 25 años de cárcel a Fujimori por crímenes contra los derechos humanos, con esta frase profética: "Tendrá que responder en su momento".
Pero acaso lo más inquietante sean los intentos de purgar a los medios de comunicación, principalmente los canales de televisión, de periodistas independientes y probos, que se resisten a convertirse en propagandistas de la candidatura de la hija del ex dictador. El caso más sonado ha sido el de Patricia Montero, productora general, y José Jara, productor de un noticiero, ambos del Canal N, despedidos, según ha denunciado la primera de ellos, porque los directivos estimaron que habían "humanizado" al candidato Humala en los boletines (¿pretendían que lo animalizaran, más bien?). Estos despidos han provocado una verdadera tempestad de críticas, entre ellas de los más prestigiosos periodistas del propio Canal N, en defensa de sus colegas, y amenazas de renuncias masivas en caso de que continúe la caza de brujas. Lo cual parece haber paralizado por el momento el despido de la prestigiosa y experimentada periodista del Canal 4, Laura Puertas, a quien se reprocha también, por lo visto, padecer de total ineptitud para el servilismo.
Finalmente, una denuncia publicada el miércoles 4 de mayo en el diario La Primera, que dirige César Lévano, precisa que el gobierno, apoyado por empresarios mineros, habría encargado a los servicios de inteligencia del Estado un Plan Sábana, destinado a destruir la campaña de Ollanta Humala con los métodos delictuosos -espionaje telefónico, operaciones calumniosas y escandalosas filtradas a la prensa para minar su prestigio y el de su entorno familiar utilizando mercenarios y provocadores- con que, en 1990, el gobierno conspiró contra mí cuando yo fui candidato a la Presidencia. La denuncia proviene, al parecer, de militares y civiles del servicio de inteligencia indignados de que se los utilice para fines políticos ajenos a su misión específica.

Todo esto merece una reflexión. Si estas cosas comienzan a ocurrir ahora, en plena campaña electoral, ¿no es fácil imaginar lo que sucedería en el caso de que la señora Fujimori ganara las elecciones y la dictadura fuji-montesinista recuperara el poder oleada y sacramentada por los votos de los peruanos? Los periodistas decentes y responsables expulsados de sus puestos no serían cinco (también han sido despedidos tres de Radio Líder, Arequipa) sino decenas, y las radios, los canales y los periódicos convertidos, como lo estuvieron durante los ocho años de oprobio que vivió el Perú, en órganos de propaganda encargados de justificar todas las tropelías y tráficos del poder y de cubrir de injurias y calumnias a sus críticos. No sólo el doctor César San Martín sería víctima de su probidad y entereza magisterial. Todo el Poder Judicial se vería una vez más sometido a una criba implacable para apartar de sus cargos, o reducirlos a la total inoperancia, a los jueces que se resistieran a ser meros instrumentos dóciles del gobierno. Reparticiones públicas, Fuerzas Armadas, empresas privadas, serían, otra vez, incorporadas al sistema autoritario para que, de nuevo, el país entero quedara a merced del puñadito de forajidos que, entre los años 1990 y 2000, perpetró el más espectacular saqueo de las arcas públicas y los más horrendos crímenes contra los derechos humanos de nuestra historia.
Quienes quieren semejante futuro para el Perú no son muchos, pero sí son poderosos y, como están asustados con la perspectiva de que Humala gane las elecciones y cometa los desafueros y horrores de Hugo Chávez en Venezuela, están dispuestos a cualquier cosa con tal de asegurar el triunfo de Keiko Fujimori. Extraordinaria paradoja: con tal de evitar el socialismo, que venga el fascismo. ¡Y todo eso, en nombre de la libertad, de la democracia y del mercado libre!


En verdad, la disyuntiva que tiene por delante el Perú en las elecciones del 5 de junio próximo, es la de salvaguardar la imperfecta democracia política que tenemos desde hace 10 años y una política de mercado y de apertura al mundo que ha hecho crecer nuestra economía de manera notable, o volver a un régimen dictatorial que, guardando ciertas formas institucionales, restablecería en el gobierno a quienes, en complicidad con Fujimori y Montesinos, destruyeron el Estado de derecho, se enriquecieron cometiendo las más descaradas pillerías y durante ocho años perpetraron horrendos crímenes con el pretexto de combatir la subversión. A mi juicio en semejante disyuntiva la peor opción es Keiko Fujimori.
Ollanta Humala ha hecho un "Compromiso con el Pueblo Peruano" que conviene tener muy presente, no sólo a la hora de votar por él, sino sobre todo una vez que acceda al gobierno, para recordárselo cada vez que parezca apartarse de alguna de sus promesas. No habrá reelección. Se cumplirá con los tratados firmados, no habrá estatizaciones, se respetará el derecho de propiedad y las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs), la lucha contra la corrupción será implacable, habrá una política de apoyo social sostenida, sobre todo en los campos de la educación y la salud pública, para los sectores más desfavorecidos, así como estímulos y facilidades para la formalización de las empresas. El respeto al pluralismo informativo, a la independencia de la prensa y al derecho de crítica será total. Estos puntos han sido expresados, además, de viva voz, en las reuniones que ha celebrado el candidato con la confederación de empresarios y las asociaciones de prensa. Todo esto es perfectamente compatible con la democracia y con las políticas de mercado vigentes y tiende a perfeccionarlas, no a recortarlas ni menos suprimirlas. No sólo depende de la voluntad de Ollanta Humala que este compromiso se cumpla. Depende, sobre todo, de que quienes lo apoyemos en la elección del 5 de junio dejemos claro que es a estas políticas a las que damos nuestro apoyo y que nos mantendremos firmes exigiendo su cumplimento.
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2011. © Mario Vargas Llosa, 2011.

Referencia:

19 febrero 2011

COMPROMISO DE LOS JÓVENES ANCASHINOS CON LA DEMOCRACIA Y EL DESARROLLO

(Discurso de Enrique Huerta Berríos a la Juventud Ancashina (Huaraz, 16-Feb-2011)

La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Abraham Lincoln (1809-1865).

Jóvenes ancashinos, en principio, permítanme saludarlos fraternalmente a todos y cada uno de ustedes, como ciudadano ancashino y como profesor de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo. Los hallo a todos, varones y mujeres, llenos de vigor, erguidos y con la mirada en alto, y más que la lozanía que hoy lucen, representan la gran esperanza de nuestro pueblo que empieza a verse en todas partes de Ancash y del Perú.



En la última década del Siglo XX y al iniciar la primera década de éste, muchos de Ustedes no podían ser conscientes de lo que estaba ocurriendo en el Perú de esos años, pues eran niños aun o todavía no nacían, por lo que no podían percibir las circunstancias difíciles que vivía nuestro pueblo. Pasamos de sufrir la peor crisis hiperinflacionaria y recesiva de nuestra historia, agravada por la corrupción y creciente violencia sociopolítica, durante el régimen apro-alanista, a una cruel dictadura, autoritarismo y cleptocracia fujimontesinista que se adueño del Perú y enajenó su patrimonio sin control social alguno.
Sin duda, fue una etapa larga, oscura y dolorosa que marcó la vida de la gran mayoría de peruanos. Hoy, una década después, creo que ustedes ya saben lo que pasó. Es por eso que hemos venido a esta reunión fraterna y reflexiva, no sólo a recordar esos fatídicos momentos, sino a entenderlos.

Vengo con dos intenciones: en primer lugar, para que sepan que la generación que les precede –de la que soy parte, como vuestros padres– desplegó una lucha valerosa por las libertades y la democracia decapitadas por el abominable régimen fujimontesinista. 


El accionar de nuestro pueblo y de sus líderes fue responsable en el renacimiento de la democracia, la abolición de la dictadura, pero también a favor de la reconciliación entre peruanos luego de una etapa de violencia fratricida que causó la muerte de 69 mil compatriotas.


La estabilidad democrática que hoy disfrutamos en el Perú es aun precaria e imperfecta, pero se la debemos a esa generación sacrificada que precede a la de ustedes. Sin embargo, el hecho de que no hayan tenido que luchar por conseguirla, no significa que no la valoren. Precisamente éste es el segundo y mayor propósito por el que he venido: intentar responder a esta cuestión: ¿Cuál es el compromiso generacional de los jóvenes ancashinos con la democracia y el desarrollo?


Jóvenes, se les acusa de ser una generación apática, conformista y poco comprometida. Algunos, inclusive, la catalogan como la “generación perdida. Creo que estas acusaciones son erróneas; la realidad es otra. Los jóvenes, por naturaleza, son dinámicos y pujantes. Sólo necesitan saber con certeza qué es lo que quieren. Sabiendo eso, estarán dispuestos a trabajar indesmayablemente para lograr lo que quieren.


Precisamente para contribuir a definir eso que quieren, los de mi generación queremos que las jóvenes y los jóvenes de nuestra patria beban espiritualmente todo aquello que anhelamos para Ancash y para el Perú:


¡Queremos ser un pueblo digno y respetado en el mundo y, a través de ustedes, llegar a ser ese ideal de pueblo!


¡Queremos una sociedad sin rangos sociales, sin castas y sin exclusiones. Ustedes no deben permitir que esos perniciosos males tengan lugar en vuestras mentes o corazones!


¡Queremos una sociedad que dé la cara por las mujeres, niños y niñas excluidas y que acabe con los malos tratos que se les da. Una sociedad que luche contra el racismo y contra la lacra que supone cualquier tipo de violencia y discriminación por razones de sexo, raza, edad, religión u orientación sexual.


Nuestra sociedad no puede quedarse impasible ante las agresiones que sufre el pueblo bajo el disfraz de la defensa de unos supuestos valores tradicionales, económicos o de cualquier tipo, agresiones que generan exclusión social y explotación humana. La violación de los derechos básicos exige denuncias y pronunciamientos valientes. Frente a ello garanticemos una convivencia armónica y duradera, y apostemos por la diversidad, el entendimiento, la tolerancia, el respeto y la solidaridad como valores básicos y pilares de nuestra sociedad.


¡Queremos una democracia de ciudadanos peruanos en la que, con los mismos derechos y las mismas obligaciones, convivamos sin exclusión; una democracia en la que todos los colectivos se vean representados. De no ser así, jóvenes, ustedes tienen la obligación generacional de cuestionar el Modelo Social imperante y proponer otro alternativo, pero solidario, justo y equilibrado.

Jóvenes ancashinos y peruanos: el grado de madurez de una democracia no se mide por la cantidad de votantes y menos por la cantidad de partidos políticos. Se mide por el grado de participación de sus ciudadanos en la vida social; y según las reglas del juego democrático, todos los peruanos debemos tener las mismas oportunidades de participar y defender nuestras ideas. La participación es garantía de futuro y de regeneración política de la sociedad y de sus instituciones.

La Democracia, jóvenes, a pesar de su imperfección, es uno de los mejores inventos de la sociedad moderna y para preservarlo, no es suficiente asumir sus valores y ser consecuentes con ello. En circunstancias especiales es un deber patriótico defenderla de aquellos que amenazan imponer su voluntad personal o de grupo en contra de la mayoría y cuestionar la convivencia pacífica en un Estado de derecho. En esa línea, hay que enfrentar al autoritarismo, totalitarismo, caudillismo y fascismo y elegir el camino del diálogo y la paz.
¡Por eso queremos que los jóvenes reivindiquen el derecho a participar, a protagonizar la política real y positiva, entendida en el sentido más amplio de la palabra, que involucra las dimensiones económicas, sociales y culturales.

¡Queremos que nuestro pueblo sea amante de la paz, pero que a la vez, sea valiente!, tal como lo fueron nuestros ancestros de Pumacayán y de las culturas Sechín, Chavín, Recuay e Inca, cuyas sangres corren milenariamente por nuestras venas.
¡Queremos que el pueblo peruano no se ablande nunca ante la tiranía o ante cualquier amenaza, y más bien que sea duro e indestructible! Por eso jóvenes, ustedes deben templar vuestros espíritus durante la juventud, como se tiempla el acero en el fuego. Incluso asumir el sacrificio si se trata de luchar por una causa noble o justa; pero nunca tener los pies de barro ni practicar la felonía, porque esas debilidades derrumbarían a nuestro pueblo.
¡Queremos, en suma, ver un Perú digno, libre y desarrollado; un Ancash próspero y ético; sin embargo, eso pasa por aprender a vencer la pobreza, el atraso, la exclusión y la corrupción! Por eso ansiamos desde el fondo del alma que se eduquen e instruyan intensa y eficazmente para guiar a nuestro pueblo hacia el bienestar. Ansiamos que cultiven la verdad, que sean justos, honestos y disciplinados por ustedes mismos.
En el futuro, poco o nada importará lo que hicieron nuestros antepasados y lo que mi generación esté haciendo ahora. Los hechos pasarán al olvido, pero en ustedes seguirá latiendo Ancash y el Perú, y cuando los de mi generación ya no podamos seguir alzando nuestra bandera, lloraremos en el más allá, pero ustedes deberán cogerla en vuestros puños, alzarla firmemente y seguir marchando hacia adelante. 
Ese es el compromiso que debemos asumir conjuntamente, la generación precedente y la de ustedes, jóvenes ancashinos y peruanos, porque son la sangre de nuestra sangre y el ser de nuestro ser! El espíritu que mueve a vuestros padres y movió a vuestros abuelos, es el mismo que se está enraizando en vuestras almas. Por eso estamos seguros que cuando alguien amenace a nuestra patria o región en el presente o en el futuro, ustedes sabrán cerrar filas y defenderla.

Jóvenes, ha llegado el momento de asumir ese compromiso social, sin ambigüedades ni dilaciones. Es la hora de salir de la impasibilidad, de la parálisis política y adoptar un protagonismo responsable y constructivo. ¡Fortalezcamos la democracia y construyamos el desarrollo!

Ancash y el Perú son nuestros. Ancash y el Perú viven dentro de nosotros. Ancash y el Perú marcharán con nosotros! ¡Este es nuestro compromiso histórico y, a la vez, nuestro mayor reto! Sólo nos queda asumirlo.

¡Ha llegado la hora de la acción!

¡Gracias!

20 noviembre 2010

CÉSAR HILDEBRANDT: "PREGUNTAS"

Reproducimos aquí una interesante reflexión de uno de los mejores periodistas del Perú de todos los tiempos, esta vez sobre temas económicos, sociales, políticos y culturales de actualidad. Disfruten del mensaje y saquen sus propias conclusiones.


Me inquietan algunas preguntas.


Las preguntas son estas:


¿Por qué si somos un país que crece a tasas espectaculares, seguimos, en muchos aspectos, en un estado de barbarie? ¿Por qué si vamos siendo ricos tenemos la educación que tenemos, los modales de cerdo que hacemos padecer a los demás, la radio casi analfabeta que consumimos, la televisión excrementicia que nos persigue, la prensa banal, cuando no delictiva, que leemos? ¿Por qué si nos va tan bien no podemos tener una ciudad amable y limpia, sin el tráfico que nos secuestra horas interminables? ¿Por qué tenemos, al mismo tiempo que grandes inversiones, una policía mayormente podrida, un poder judicial siempre sospechoso, unos congresistas que avergüenzan, un Tribunal Constitucional desprestigiado por meterse donde no debe y fallar a veces a destajo?

En suma, ¿por qué ahora, cuando muchos dicen que ya pertenecemos a la clase media del mundo, parecemos más primitivos que nunca?

La respuesta no es difícil, pero pocos la quieren cantar.

Y es esta, a mi leal saber y entender: porque esta riqueza provisoria que nos anima la vida es otro ciclo de eso que algunos han llamado "prosperidad falaz".

Fuimos ricos guaneros, ricos algodoneros, ricos azucareros, ricos salitreros, ricos caucheros, ricos anchoveteros y hemos sido siempre ricos mineros. Lo que nunca hemos tenido es orden, respeto y educación, fomento de las artes, ética laboral, justicia y sentido del prójimo.

Ahora creemos que somos más país porque las cifras están en azul y el dólar baja. Es una miseria de visión la que nos reduce al dinero, al PIB, la balanza de pagos. Eso es derrocar al alma y prescindir de lo que nos hace más humanos: los valores.

Releo los párrafos anteriores y compruebo, gustoso, que no son fashion, que suenan anacrónicos, que vienen de la más amplia minoría. ¡Qué bien! ¡Cuánto me alegra! Me moriría de la pena si lo que escribo se pareciera, aunque fuese de perfil, a la "prosa" periodística moderna.

Estoy, también en esto, en mis trece. Nadie me va a convencer de que para estar a la moda tienes que renunciar a pensar, tienes que apagar tu ira, tienes que pertenecer al colectivo del optimismo de las barras bravas.

No tengo ganas de aplaudir después de oír este concierto. Es música que ya conozco y sé a dónde nos conduce.

Oigo la radio, escucho a esos periodistas convertidos en iletrados con el esfuerzo de los años, leo las miserias embrutecedoras de la prensa popular, advierto los silencios de la gran prensa, compruebo la tele y me digo: por lo menos, en cuanto a periodismo se refiere, hemos desmejorado.

Preveo, como todos, el 2011 y me imagino el dilema. ¿Será Keiko? ¿Será Castañeda? ¿No nos mereceríamos algo mejor ahora que estamos, como dice García, con la proa al primer mundo? Entonces me digo que, en cuanto a políticos y representación, tampoco somos mejores que antes.

¿Somos mejores en educación? Las cifras son rotundas y las pruebas internacionales también: no hemos subido de nivel.

¿Hemos rebajado la corrupción? Pregúntenle al doctor García. Él sabe la respuesta. También lo saben Odebrecht, Graña y Montero, Andrade Gutiérrez. No lo ignora el ministro Cornejo -ese ente recaudador-. No deja de saberlo el señor Nava. Entonces me digo: vaya, en este asunto estamos estancados. Pero me equivoco. Hoy se roba más. La sobrevaloración de 200 millones de soles de la avenida Néstor Gambetta es de índole tan criminal que si fuéramos el país de Lula ya tendríamos nuestro Collor de Melho.

El asunto no es sólo vender piedras sin moler y tener más plata. Es aspirar a la civilización, ese contrato socialmente aceptado. Es soñar con ser mejores. En el Perú actual se ha dejado de soñar. Por eso para tanta gente que viene de afuera nos parecemos a una pesadilla.

Fuente:
Semanario "Hildebrandt en sus trece", 3 de septiembre de 2010

Libro Digital: Filosofía de la economía: leyes, teorías y modelos. Barceló, Alfons

PRESENTACIÓN: ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

VídeoAPA: NORMAS APA 7° Edición

VÍDEOTESIS: Búsqueda de artículos científicos

PRESENTACIÓN: Futuro de la Economía y de los Economistas - Enrique Huerta Berríos

VÍDEO: REACTIVACIÓN ECONÓMICA DE HUARAZ Y ÁNCASH EN TIEMPOS DE PANDEMIA

VÍDEO: ¿Quo Vadis Áncash?: problemas, perspectivas y desafíos

Enrique Huerta Berríos: CONSTRUCCIÓN DEL MARCO TEÓRICO PARA LA INVESTIGACIÓN

Vídeo: Cómo Einstein me ayudó a convertirme en científico. Michio Kaku, físico

Libro digital: THE SOUTH AMERICAN CAMELIDS - Santiago Antúnez de Mayolo

ENRIQUE HUERTA BERRÍOS: El Cambio climático, sus efectos y desafíos.

VÍDEO: El marco teórico _ Roberto Hernández Sampieri.