Escribe: Enrique
Huerta Berríos
Atomización es el acto y la consecuencia de atomizar o pulverizar o segmentar una cosa en porciones minúsculas o muy pequeñas, según la RAE. Probablemente algo de esto ocurrirá en las próximas elecciones presidenciales y del congreso en Perú, pues el anuncio de El Peruano del 04 de abril de 2021señala que el cronograma electoral avanza y los mecanismos de la democracia directa han permitido que los afiliados y delegados de las 24 agrupaciones políticas aptas para participar en las elecciones general del 11 de abril próximo y seleccionar a sus fórmulas presidenciales, candidatos al Congreso de la República y postulantes al Parlamento Andino. La relación de los participantes es ésta:
Hay 23 aspirantes al sillón presidencial, 46 candidatos a
vicepresidentes, 3,120 candidatos a congresistas y 360 candidaturas al
Parlamento Andino (entre titulares y suplentes) que están participando de la lid electoral para gobernar o
legislar durante el período 2021-2026, mediante campañas proselitistas físicas, bajo las restricciones que impone la
Pandemia COVID-19 y participación en las redes sociales,; pero esta cifra revela, de por sí, una atomización de la
partidocracia política en Perú.
¿Cuál es el tamaño del electorado que participará en las elecciones del 11 de abril próximo? El tamaño del electorado sumará esta vez, aproximadamente, 25 millones 288 mil personas mayores de 18 años. Ellos serán los que habrán de determinar la suerte de aquellos numerosos aspirantes a gobernar. En la siguiente tabla se detallan los números absolutos y relativos de la población electoral, por edad.
Una mirada a esta información permite decir que, generacionalmente hablando, los electores protagonistas serán la mayoría de jóvenes menores de 39 años pertenecientes a las generaciones X, Millenials y la Z y, en menor medida, los Baby Boom. Esto quiere decir que los planes de gobierno, los estilos de hacer política y los mensajes electorales deberían prepararse para enfocarse en las particulares demandas de cada una de estas generaciones y entablar una comunicación a través de los medios que frecuentan utilizar.
En la siguiente tabla se distinguen las características singulares de cada una de esas generaciones, las cuales deberían ser tomadas muy en cuenta por los aspirantes a gobernantes a la hora de preparar los planes, discursos políticos y contactos en las redes sociales durante la competencia electoral.
Esperemos que el juicio equilibrado, la
responsabilidad social y las recientes experiencias de lucha contra el reciente
golpe de Estado primen en la escogencia de los mejores candidatos por parte de
los electores, aunque la volubilidad puesta de manifiesto por los
electores en otras oportunidades hace presagiar sorpresas. En el Perú, nada
está dicho hasta el día de las elecciones.
Llama
la atención es que este jolgorio electoral está ocurriendo precisamente al
cumplirse los 200 años de la Independencia Nacional, es decir, en el
Bicentenario, cuya realidad muestra que la formación del Estado-Nación sigue
todavía en pañales en Perú y hay mucho por hacer en ese sentido; lo mismo, todavía
no entra en la agenda política la definición de un proyecto nacional de
largo plazo, no obstante que la Cuarta Revolución Industrial ya está
tocando la puerta del país.
Por lo tanto, vistas las listas variopintas, es posible pronosticar una probable atomización del electorado peruano en pequeños grupos opcionales, por cuanto los votos se repartirán entre esos muchos partidos y/o movimientos políticos, salvo que surja un autsider inesperado que concentre la atención del electorado con un mensaje encantador e integrador de las diferentes generaciones.
A estas alturas, los peruanos aún estamos lejos de hacer colectiva la fortalecedora
frase “La unión hace la fuerza”. Somos una nación heterogénea, diversa, sumamente
fragmentada y, al parecer, no solo políticamente, sino también en las demás dimensiones
de la vida social.
Por tanto, es
también posible vaticinar una atomización o pulverización de votos en la
elección de congresistas. Se espera que las listas electas sean pequeñas,
poco dominantes y variopintas en la configuración del próximo Congreso y, en
consecuencia, más difícil de concertar o consensuar decisiones gubernamentales
importantes, salvo el surgimiento de liderazgos carismáticos e integradores en el
interior del Congreso.
De ocurrir aquella probable atomización, es de temer que se ahonde o se entrampe la actual crisis política nacional que desde hace buen tiempo viene debilitando la gobernanza e institucionalidad del país, lo cual hace difícil enfrentar con visión y convicción los conflictos avivados por la creciente cleptocracia de la propia élite política, los negocios oligopólicos, la acentuada desigualdad patrimonial y de ingresos, la creciente contaminación ambiental y, por supuesto, la grave crisis de la pandemia COVID-19 que ha logrado desplomar a la economía nacional y debilitar todos los estamentos del gobierno. Así llegaremos al Bicentenario de nuestra independencia nacional y así podrían ser las vivencias nacionales de los próximos años, sin una brújula y desintegrados para encontrar soluciones.
Por ahora estamos viendo cómo, a duras penas, se viene recuperando la economía de un terrible golpe sólo comparable con el sufrido durante la Guerra con Chile. Los contagios se multiplican, las muertes aumentan, el sistema de salud es insuficiente y está colapsado. La incertidumbre respecto del futuro es grande. Dios nos coja confesados cuando lleguen los futuros gobernantes fortuitos o improvisados.
Referencias
El Peruano (2021). En https://elperuano.pe/noticia/110400-de-estos-candidatos-saldra-el-presidente
Chirinos; Nilda ().
Características generacionales y los valores. Su impacto en lo laboral. En https://www.redalyc.org/pdf/2190/219016846007.pdf
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